La próxima vez que sientas la necesidad de comparar lo que tienes o eres, con lo de alguien más, toma en cuenta estos consejos.
Luca Mingüer
Haz un breve análisis: ¿cuántas veces te has descubierto midiendo tus logros, tu físico, tu experiencia de vida, capacidades y hasta fracasos, con los de otra persona? Todos podemos decir que más de una vez nos ha ocurrido y ni siquiera con una intención negativa, puede ser algo tan sencillo como que en una clase de yoga, voltees a ver al resto de tus compañeros y descubras que hay algunos con un cuerpo privilegiado que les permite llegar a posturas muy avanzadas con notable facilidad y lamentes que tú no cuentes con esa habilidad.
En el resto de la vida es así, mientras más distraes tu atención en lo que otros hacen, dejas de trabajar en lo que te incumbe y que realmente es de tu interés. Para no caer en la trampa de las comparaciones, considera los consejos de la psicóloga Mariana Rivera, de la Universidad La Salle:
- Piensa y actúa en función a lo que es importante para ti. Recuerda que cada uno anhelamos cosas distintas.
- Todos tenemos una historia de vida distinta, eso nos da fortalezas y áreas de oportunidad en las que tenemos que trabajar menos o más, solo por eso nunca podríamos experimentar a exactitud lo mismo que otros.
- Compararse da paso a la competencia y ni siquiera debes competir contigo mismo, la vida se trata de aprender a fluir, obteniendo un aprendizaje de cada evento que se te presenta.
- Cada vez que inviertes tiempo en ello, minimizas tus esfuerzos y logros, lo cual impide que dejes de valorar en todo su esplendor lo que eres capaz de hacer.
- Si te comparas, te auto abandonas, y es que dejas de soñar y proyectarte a partir de tus propios objetivos, para tratar de igualar a quien desde tu perspectiva tiene todo para ser feliz, sin recordar que cada persona tiene sus propias tareas de aprendizaje.
- El ambiente en el que vivimos, favorece la tendencia a compararse con otros y a desear lo que poseen, pues socialmente existe la obligación de cumplir con ciertos estándares de bienestar, que en realidad están muy lejos de propiciarlo en tu vida.
"La búsqueda de objetos más lujosos, el acceso a entretenimiento o a lugares exclusivos y hasta el hecho de poseer un cargo de alto nivel en el campo laboral, no son el equivalente a tener una vida gozosa, esta realización depende solamente de ti y la podrás poseer en la medida en que te sientas feliz y a gusto contigo mismo, en ese momento dejarás de compararte para centrarte en lo que anhelas", afirma la especialista.
Recuerda que eres un ser único e irrepetible, que ni puede ni debe competir con los demás por un simple principio: lo que a ti te realiza y los motivos por los que deseas conseguir algo solamente te pertenecen a ti.
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